Oh beatísima Trinidad,
os doy palabra de procurar
con todo esfuerzo y empeño
salvar mi alma,
ya que la creasteis a vuestra imagen
y semejanza y para el cielo.
Y también por amor
vuestro procuraré salvar las almas
de mis prójimos.
Para salvar mi alma y daros gloria y
alabanza, sé que he de guardar la divina ley.
Os doy palabra de guardarla como
la niña de mis ojos,
y también procuraré
que los demás la guarden.
Aquí, en la tierra,
me ejercitaré en alabaros,
y espero que después lo haré con más
perfección en el cielo;
y por esto,
con frecuencia rezaré el Trisagio y el verso:
Gloria al Padre,
Y también procuraré que los demás
os alaben. Amén.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo.
Alabémosle y ensalcémosle en todos los siglos.
Omnipotente y sempiterno Dios,
que concediste a tus siervos el conocer la
gloria de tu eterna Trinidad en la
confesión de la verdadera fe y el adorar la
confesión de la verdadera fe y el adorar la
Unidad en tu augusta Majestad;
Te rogamos,
Señor,
que por la fuerza de esa
misma fe nos veamos
siempre libres de todas
las adversidades.
Por Cristo,
Señor nuestro
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario