Virgen y Reina de la Paz,
Madre de los pobres y sencillos,
Esperanza de los que sufren en soledad,
Señora del Amor y de la Alianza.
Tú nos diste a Jesús,
Príncipe de la Paz.
Él nos regaló su Eucaristía
y nos consagró a su Amor redentor.
Enséñanos a vivir con sencillez
las exigencias del Evangelio,
a servir con alegría
a todos los hombres nuestros hermanos,
a mostrarnos serenos en la Cruz
y fieles a nuestro espíritu de adoradores.
Danos tu generosidad,
tu pobreza y tu humildad.
Danos tu amor al trabajo,
a la justicia y a la verdad.
en nuestra familia
y en nuestro país
para poder mostrar al mundo nuestra misión
de ser corredentores del Amor,
Hijos del Corazón de tu Hijo
y de tu Inmaculado Corazón.
Guarda hoy en tu Corazón pobre,
silencioso y disponible,
a esta familia tuya que quiere ser
constructora de paz,
de alegría y de amor en tu Iglesia.
Amén.
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